IDILIO EN EL CAFÉ
Ahora me pregunto si es que toda la vida
hemos estado aquí. Pongo, ahora mismo,
la mano ante los ojos -qué latido
de la sangre en los párpados- y el vello
inmenso se confunde, silencioso,
a la mirada. Pesan las pestañas.
No sé bien de qué hablo. ¿Quiénes son,
rostros vagos nadando como en un agua pálida,
éstos aquí sentados, con nosotros vivientes?
La tarde nos empuja a ciertos bares
o entre cansados hombres en pijama.
Ven. Salgamos fuera. La noche. Queda espacio
arriba, más arriba, mucho más que las luces
que iluminan a ráfagas tus ojos agrandados.
Queda también silencio entre nosotros,
silencio
y este beso igual que un largo túnel.
© Jaime Gil de Biedma (1929-1990)
.
1 comentario:
Qué fácil lo esperado que de pronto lo tienes con solo desearlo!
Pero qué difícil es lo por venir,
ante esa inmensidad desconocida y en donde se explaya todo lo que es y será!...
El juego se advierte ... es como seguir huellas y con la incógnita de: ¿qué será...cómo... dónde?... cuándo?
y todo en un café de por medio!
una maravilla uno siempre puede torcer destinos!
me encantó leerlo
Lidia Carrizo
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