EL VIENTO
Tocó a mi puerta suave y sin violencia
con sus nudillos de agua. Fue al tejado
y entró por las hendijas, desbocado
y con silbidos trágicos, de urgencia,
Luego, nervioso, replegó su esencia
por todo el corredor. Desordenado,
leyó en mis libros, se acostó a mi lado
y desdobló la paz con su presencia.
Cuando salió al jardín iba sereno,
llevaba mil perfumes en su seno
y una cadencia suave y vaporosa...
Dicen que más allá rompió el encanto
de un árbol secular, sembró el espanto
e hizo llorar el caliz de una rosa.
Lucas Bárcena (1906-1992)
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3 comentarios:
Maravilloso poema.
Sutil, belleza!!
Hola, muy interesante el articulo, felicitaciones desde Colombia!
Buen post, estoy de acuerdo contigo aunque no al 100%:)
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