¿POR QUIÉN DOBLAN LAS CAMPANAS?
¿Quién no echa una mirada al sol
cuando atardece?
¿Quién quita sus ojos
del cometa cuando estalla?
¿Quién no presta oídos a una campana
cuando por alguna muerte tañe?
¿Quién puede desoír esa campana
cuya música lo traslada fuera de este mundo?
Ningún hombre es en sí
equiparable a una isla;
todo hombre es un pedazo del continente,
una parte de tierra firme;
si el mar llevara lejos un terrón,
Europa perdería
como si fuera un promontorio.
Como si se llevara una casa solariega
de tus amigos o la tuya propia.
La muerte de cualquier hombre me disminuye,
porque soy una parte de la humanidad.
Por eso no preguntes nunca
por quien doblan las campanas,
Están doblando por ti.
John Donne (1572-1631)
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