Una intención estética con la Palabra

Blog creado por Alberto Peyrano
© 2010, Buenos Aires (Argentina)


jueves, 28 de octubre de 2010

Graciela Paoli (Argentina)


VIEJA CIUDAD SUMERGIDA

En que secretos zaguanes tu espalda líquida
aspira el perfume de la flor del abandono
vieja ciudad sumergida
que regresas desde el óxido y las sombras
a rescatarte íntegra
en el gluten de la memoria.

Hoy me alcanza tu brazo desmembrado,
tu cavernoso hálito azul
y ese impulso de nostalgia
espejará tu pulso antiguo,
tu boca de bostezo al amparo de la siesta,
tu silueta magra de edificios bajos,
tu juego de piedra libre entre las pocas casas
diseminadas en el follaje.

Entonces vendrá a mis oídos como antaño
el gemido de cantos rodados
triturados por ruedas de carros
en lánguidas calles despobladas
y el verso volverá a transitar libre
entre las correderas de viento
que los viejos paraisales disponían
en la hora del silencio.

Cuando tu pupila disuelva
la sencillez de las almejas
en un caldo de luna llena,
la costanera reescribirá su contorno
en el espejo del agua cristalina
y aspirará en tu aliento líquido
el aroma de las caracolas.

Luego…
en el cántaro de mi mano,
tu voz
como paloma que se posa y alza vuelo
dejará…
la metáfora del retorno
y la certeza de tu adiós,
Federación…
¡Vieja ciudad sumergida!

© Graciela Paoli
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viernes, 15 de octubre de 2010

Amado Nervo (México)

SI UNA ESPINA ME HIERE...

¡Si una espina me hiere, me aparto de la espina,
...pero no la aborrezco!
Cuando la mezquindad
envidiosa en mí clava los dardos de su inquina,
esquívase en silencio mi planta, y se encamina
hacia más puro ambiente de amor y caridad.

¿Rencores? ¡De qué sirven! ¡Qué logran los rencores!
Ni restañan heridas, ni corrigen el mal.
Mi rosal tiene apenas tiempo para dar flores,
y no prodiga savias en pinchos punzadores:

si pasa mi enemigo cerca de mi rosal,
se llevará las rosas de más sutil esencia;
y si notare en ellas algún rojo vivaz,
¡será el de aquella sangre que su malevolencia
de ayer, vertió, al herirme con encono y violencia,
y que el rosal devuelve, trocada en flor de paz!

Amado Nervo (1870-1919)
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miércoles, 13 de octubre de 2010

Ana S. de Vidal (Argentina)


EL ARTE DE VIVIR

Con ansias, fluctuando en mi planeta,
detengo mi cansancio de tanto fracasar:
se corre por mis venas la mágica roseta
que alguien me desliza, ansiando consolar.

Penetra en mis sentidos con fuerza de fragancia
y corre por mis venas de vivo palpitar,
me lleva en un suspiro a la cumbre de mis ansias
y brilla el nuevo día, dejándome rezar.

Un alto en el camino me dio la trilogía
de todo lo vivido templado y con Amor:
me siento compungida por esta artesanía,
que se meció en mi cuna y me entregó fervor.

Me siento frente al árbol que templa mi congoja;
comprendo finalmente el arte de vivir:
Señor, bendigo ansiosa mis ramas y mis hojas
muy dentro de mi alma que aprende a sonreír.

© Ana S. de Vidal

Mi agradecimiento a mi amiga del alma Marta Vidal, residente en la ciudad de Santiago del Estero, quien tuvo la amable deferencia de acercarme poemas de su señora Madre, poeta santiagueña ya fallecida, en un gesto de amor para este blog y como una contribución desinteresada al Arte de la Palabra, motivación central de "De Caminantes y Caminos" (Alberto Peyrano)
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viernes, 8 de octubre de 2010

Rosa Graciela Carretto (Argentina)


PIEL DE SOMBRA.

Hosca mirada de pantera, anciana de piel oscura
de la Recova mendiga.
Ya sin el brillo feroz en tus ojos negros
_“De cuando de verdad se peleaba por la Patria”

El corazón retumbo de tamboriles…
_Antes eran tiempos de patriotas, no ahora”_
Amarga sonaba tu queja,
limosnera en atrio de iglesia.

Ya no lucías uniforme de mujer soldado.
Tu poncho rojo, orgullo de norteñas luchas,
perdió su color y su prestancia.
Las bandas blancas se fueron ajando
por no cruzar tu abultado pecho.
Pecho con senos de mujer coraje
del Alto Perú “La Capitana”.
Senos de mujer sensible y tierna,
abnegada enfermera en la metralla.
En Tucumán súplicas y lamentos
Llamándote: “Madre de la Patria”

Pesadas las piernas, plantas llenas de llagas,
desde tu rancho de paja en el confín con la pampa,
llegabas a Plaza de las Victorias.
Por el cansancio trocada
en personaje de cuento patrio:
vendedora de empanadas.
Tu cuerpo anciano, llenito de heridas de bala;
que no dolieron tanto; como doliera tu alma,
despojada de sus amores en las más cruentas batallas.

Tu espalda marcada de azotes de nueve días
por negra y mujer: esclava.

Pero pasaron tiempos de lucha. Llegaron tiempos de calma.
La política se adueñó de los héroes de aquella hazaña
y premiados con pobreza, se diluyeron medallas.

La Historia deberá reparar insultos de Historia Patria,
enalteciendo tu nombre; lo que tu tiempo negara.

Piel de sombra y de sigilo María Remedios del Valle.
María por madre buena, Remedios del Valle de lágrimas.
Nunca llegaron a tiempo tus sueldos de Capitana…
Ni en las calles se vio erigida, ni en bronce o mármol tu estampa.
Ni la placa que diría: He aquí la MADRE DE LA PATRIA.

Que el “mea culpa argentino” cante coplas a tu alma.
Porque fuiste el estandarte de todas las ignoradas:
esas “Niñas de Ayohuma” prendidas a nuestra infancia
cuando el sentimiento patrio se acunaba en cada aula.

Hombres como Belgrano General de leyes y espada
y su secretario Anchorena reconocieron tu flama.

¡Que se escuche la voz de Viamonte!
Cuando en tu defensa clamaba,
llamándote benemérita.
María, tu nombre es Patria.

© Rosa Graciela Carretto
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Sonia Lores (Argentina)


DÓNDE ESTÁS?


Se secó mi laguna
la que, en medio del parque,
se llenaba de espuma
que traía tu mar.
Se secaron las flores
que tu néctar bebían
y que, hasta sonreían,
al oírte llegar.
Enmudeció el silencio,
se hizo largo y profundo
como si el fin del mundo
se aprestara a llegar;
y me quedé dormida
tan vacía de sueños
porque, tal vez, no quiera
volver a despertar.

Esperé tus palabras,
como versos vivientes,
y tu voz resonando,
como si, de repente,
el recuerdo trajera
alguna primavera
con aroma a caricias
de tu rima primera.
Es que acaso no escuchas
de mi voz el lamento?
es que acaso no oyes
mi sentir de dolor?
no susurra en tu oido
de mi voz, lo que siento?
no lastima tu alma
esta pena de amor?

Una lágrima de sangre
de mi corazón brotó
y se perdió en la nada
porque a tí no llegó.
Y, en silencio, tus versos
que el tiempo no olvidó,
fueron desapareciendo
como un ángel sin voz.
Más hoy, sigo esperando
que escuches mi canción
la que brota del alma
ansiosa de pasión
y me regales versos,
de esos que hablan de amor,
porque solo con ellos
vuelvo a ser quien yo soy.

© Sonia Lores
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lunes, 4 de octubre de 2010

Luis Cernuda (España)


AQUÍ EN ESTA ORILLA BLANCA...

Aquí
en esta orilla blanca
del lecho donde duermes
estoy al borde mismo
de tu sueño. Si diera
un paso más, caería
en sus ondas, rompiéndolo
como un cristal. Me sube
el calor de tu sueño
hasta el rostro. Tu hálito
te mide la andadura
del soñar: va despacio.
Un soplo alterno, leve
me entrega ese tesoro
exactamente: el ritmo
de tu vivir soñando.
Miro. Veo la estofa
de que está hecho tu sueño.
La tienes sobre el cuerpo
como coraza ingrávida.
Te cerca de respeto.
A tu virgen te vuelves
toda entera, desnuda,
cuando te vas al sueño.
En la orilla se paran
las ansias y los besos:
esperan, ya sin prisa,
a que abriendo los ojos
renuncies a tu ser
invulnerable. Busco
tu sueño. Con mi alma
doblada sobre ti
las miradas recorren,
traslúcida, tu carne
y apartan dulcemente
las señas corporales,
por ver si hallan detrás
las formas de tu sueño.
No lo encuentran. Y entonces
pienso en tu sueño. Quiero
descifrarlo. Las cifras
no sirven, no es secreto.
Es sueño y no misterio.
Y de pronto, en el alto
silencio de la noche,
un soñar mío empieza
al borde de tu cuerpo;
en él el tuyo siento.
Tú dormida, yo en vela,
hacíamos lo mismo.
No había que buscar:
tu sueño era mi sueño.

Luis Cernuda (1902-1963)
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